El cliente ...¿siempre tiene la razón?

En 1364, Enrique de Vick fabricó para Carlos V de Francia un reloj para ponerlo en la torre de palacio. El rey, acostumbrado a hacer siempre correcciones, se fijó en el número IV y dijo: "Esto está mal, cuatro se escribe IIII". Tranquilamente, de Vick lo modificó. Por eso se dice que fue el primero en reconocer que "el cliente siempre tiene la razón".
Al evaluar un proyecto, es importante advertir al inversionista de cualquier cosa que consideremos equivocada, pero también debemos reconocer que a veces las prioridades de él no son regidas por la racionalidad económica, sino que por otros intereses tanto o más importantes, como su proyecto de vida, expectativas de su rol laboral, etc.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero para la policía....el cliente nunca tiene la razón