Yerno holagazán

Uno de esos interminables días donde mi suegra nos iba a visitar, la oigo decirle a mi esposa:
─ No entiendo cómo una persona inteligente y bonita como tú puedes mantener al holgazán de tu marido que vive a expensas de tu sueldo, viendo todo el día televisión.
─ Despreocúpate mami. Yo me gano la vida trabajando y él se la gana alegrándomela─ le responde mi esposa.

Muchas veces no somos capaces de darnos cuenta que el valor de un proyecto no está dado sólo por el incremento de la riqueza expresada en términos monetarios, sino que por los efectos indirectos que pueden tener sobre el bienestar de las personas. La evaluación social se diferencia principalmente de la privada en que intenta valorar las externalidades, tanto positivas como negativas, que ocasionará el proyecto a la comunidad. Si el efecto es provocado por producir un bien o servicio, se le denomina externalidad en la producción u oferta y si es provocado por el uso o consumo de un bien o servicio, corresponde a una externalidad en el consumo o demanda.
Externalidades positivas son el bienestar que produce una prestación médica sobre el entorno familiar del enfermo o la disminución de la contaminación y la congestión vehicular derivados de la construcción de un tren subterráneo. Externalidades negativas son la degradación de suelo marino ocasionado por el cultivo de las salmoneras o la evacuación de residuos sólidos a los ríos que impiden la utilización de las aguas en el riego de otras tierras.
Aunque en la evaluación privada no se incluyen estas externalidades, el inversionista, al decidir, sí considera la satisfacción y el bienestar no monetario que podría reportarle hacer el proyecto.
La obligación del evaluador es ayudar a identificar estos beneficios indirectos e incluirlos en una evaluación cualitativa complementaria. En algunos casos, observaremos que, aún mostrándole al inversionista un proyecto con VAN negativo, lo aceptará sólo por la satisfacción personal que le otorga involucrarse en él.

4 comentarios:

Luis Flotre dijo...

Profesor
Muchas decisiones se toman en base a consideraciones distintas a las económicas. Cada día más el hombre valora cosas como su libertad, calidad de vida, horarios de trabajo, actividad que desempeña, etc. También hay muchos que no pueden darse estos lujos y eligen por consideraciones económicas addas sus responsabilidades familiares, salud o colegio.
La económica es, sin embargo,sólo una de las variables de una decisión.
Hasta luego
Luis Flores

Miguel Angel Huilcal dijo...

Profesor
la evaluación de un proyecto, no por el lado Económico, muchas veces es dejado de lado debido a que siempre buscamos la maximización de los beneficios monetarios , yo en mi caso habiendo sido ayudante de la Cátedra de Proyectos, pocos grupos identificaban beneficios sociales, que a la larga puede ser un punto clave para algún inversionista.
Un abrazo
Miguel Angel Huilcal

Nassir dijo...

Cierto Luis. Debe considerarse como una información más. Pero cada persona es libre de darle la prioridad que estime

Nassir dijo...

Una acotación Miguel Angel. La evaluación social debería llamarse "evaluación nacional" ya que mide la rentabilidad para toda la sociedad.
Los beneficios sociales que tu bien dices, muchas veces dan más satisfacciones que los monetarios, pero como le indiqué a Luis, es una decisión propia del inversionista y sus prioridades