Los tres chiflados (o Banco Santander)


Primer acto: Voy al Banco Santander con un poder para retirar un vale vista. Después de 25 minutos de hacer una fila, me atiende una cajera que dice que no me lo puede entregar porque el poder viene sin el logotipo de la empresa y sin el timbre. Pido hablar con su jefe.
Segundo acto. El jefe me reitera lo mismo. Cuando le pregunto que cómo podría verificar que el logotipo y timbre corresponden a la empresa, me dice que ese no es el tema. Pido hablar con el (la) agente de la sucursal.
Tercer acto. La agente me explica que es para protegerme a mí, ya que si no lo hacen así, cualquiera podría retirarlo. Le explico que es nominativo y que se va a depositar en la cuenta corriente. No hay caso..."son las instrucciones superiores que dio el banco después de una auditoría donde se nos instruyó a tomar máximas precauciones de seguridad".
Último acto: voy a mi oficina, diseño un logotipo en word, y paso por la impresora el mismo poder rechazado. Entinto la tapa de un frasco y coloco un círculo al lado de la firma. Luego, entinto la base de un enchufe e "imprimo" dentro del círculo. Viendo que no se veía muy completo, entinto la tapa de mi cepillo dental y... la imprimo. Para más seguridad, hago lo mismo con un clip. Voy al banco y recibo el vale vista sin ningún cuestionamiento.
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En los más de 30 años que llevo enseñando a evaluar proyectos, siempre digo a mis alumnos que no importa cuántas técnicas aprendan, si no tienen el criterio para aplicarlas. Un empresario sin estudios pero con mucho criterio puede ser exitoso, pero lo más probable es que un profesional descriteriado nunca sea exitoso. Si se tiene ambas cualidades, mejor.
¿Cuantos proyectos malos se han implementado por la miopía de quien debe decidir y su incapacidad de relacionar problemas reales con soluciones efectivas? Es muy fácil equivocarse y aceptar una mala idea cuando la rentabilidad de toda la empresa "oculta" las ineficiencias y torpezas de quienes justifican su trabajo con soluciones parciales no vinculada con su real efectividad.
Un evaluador debe formular un proyecto de manera coherente y consistente. No puede incluir más inversiones de las justificadas económicamente ni incorporar procedimientos burocráticos innecesarios ni optar por insumos con calidades superiores a las necesarias, ya que ello irá en desmedro de la rentabilidad del inversionista...aunque a él le paguen lo mismo por el estudio realizado.

4 comentarios:

Toño dijo...

¡¡¡¡ke wena!!!

Xenon dijo...

Su artículo me recordó los calvarios por los que he pasado al interactuar con operadores de "call centers", dicho en castellano, "centros de atención a público". El epítome del descriterio imputable a los que hacen los diseños de flujo, no a los pobres empleados que hacen lo que pueden.

En lo que atañe específicamente al Banco de Santander, hasta hace unos meses tenía una cuenta corriente en ese banco y era una fuente inagotable de problemas estúpidos que corté de raíz cerrándola. Y eso que era cliente de la "Banca Preferente"... ¡Cómo será la atención que reciben los no preferentes! Bueno, usted lo comprobó.

Nassir dijo...

Lo que cuesta entender es la cantidad gigantesca que gasta el Banco Santander en conseguir clientes y la despreocupación por mantenerlos. Así, no solo no aprovechan los beneficios de un buen proyecto sino que lo transforman en uno con impacto negativo.

Luis Alberto dijo...

Es una verguenza y una falta de respeto lo que hace el banquito de Santander. ¿Alguien supervisará estas anomalías? A ellos, con los millones que ganan con nuestro dinero no les preocupa.
Coincido con Xenon que el problema no es del empleado común, sino que de quienes definene estas políticas torpes, ineficientes e irracionales.