Ganar-ganar

Mientras jugaba backgammon con un buen amigo, mi esposa gentilmente nos acerca unos pastelillos árabes recién hechos por ella. Un rato después, nos sirve un rico café de grano que había traído de mi último viaje a Lima. Una hora después nos pregunta si queremos probar un ceviche que acaba de preparar, a lo cual ambos aceptamos con gusto.
- ¿Les gustaría acompañarlo con un buen vino blanco?- nos dice.
- Claro- respondemos ambos. Y mientras ella se retira a buscarlo, mi amigo me dice:
- Nassir, tu vives en el cielo, qué envidia me das.
- Já- oímos decir a mi esposa que tiene un peligroso excelente oído- más bien yo soy la que vive en el infierno.

No es fácil encontrar proyectos donde el beneficio de uno no sea a costa de otro. El "ganar-ganar" difícilmente se encuentra en los negocios, aunque es definitivamente algo posible y alcanzable.
Por ejemplo, muchos proyectos de mejora en empresas en marcha han sido identificados por los propios trabajadores cuando existe un bono de reconocimiento individual, una compensación económica a la remuneración de todos los empleados u otro beneficio asociado con ese aporte.
En muchas universidades se estimula a los académicos para que hagan otras actividades, como capacitación o asesoría en nombre de la universidad, donde ésta ofrece usar su infraestructura en espacios vacíos de tiempo, la administración y su "marca" a cambio de un porcentaje de los ingresos, que varía entre el 10% y 30%. El resto lo administra el propio académico. Mientras más eficiente es en el gasto y en la venta, más excedentes le quedan al académico. Por otra parte, la universidad recibe recursos para financiar "costos hundidos", fideliza al académico y posiciona su nombre en el marcado como una institución que se vincula con el medio.
A esto, en proyectos, se le denomina "gerencia de beneficios". No existe el cargo, pero sí la función. Desde los ejecutivos altos hasta el vigilante pueden, libremente, ser gerentes de beneficios si los estímulos son correctos.