Producto entregado y producto percibido

-¿Cómo te fue en la entrevista de trabajo Pedrito?- le pregunta ansiosa la mamá a mi ahijado.
- Mal- responde malhumorado.
-¿Pero no me dijiste que cumplías con todos los requisitos y que era seguro te contratarían?
- Algo no debió gustarle…mi ropa, mi peinado… no sé, porque todo lo respondí bien. Me preguntó si sabía inglés y le dije que no. ¿Algo de contabilidad?, y también dije que no… y así, por más de 10 minutos me interrogó si sabía hacer alguna cosa y yo respondí a todo que no. Incluso cuando me preguntó si llevaba alguna referencia.
- Pero mijito ¿cómo dijiste que cumplías con todos los requisitos?
- Obvio, si el anuncio decía muy claro: “Inútil presentarse sin referencias”.

El éxito del proyecto dependerá, entre otras cosas, de la coherencia entre el producto o servicio entregado (una extracción dental) y el producto o servicio percibido (el apoyo dado durante la extracción como, por ejemplo, la mano de la asistente sobre el hombro en el momento clave, la música ambiental, el tiempo de espera, la calidez de la recepcionista  e, incluso, palabras del odontólogo de lo bien que va a quedar o lo fácil de lo que resta por hacer). El concepto ampliado de producto incluye ambos. La mayoría de los pacientes no tiene capacidad para valorar la calidad y pertinencia de los insumos y equipamientos médicos que se usarán en su tratamiento, pero sí la imagen del médico, el tiempo que éste le dedica a explicarle su problema, la calidad de los servicios complementarios, la agilidad en los trámites burocráticos y hasta el vestuario de las recepcionistas, entre otros.