Pan con banano y cebolla

- ¿Cómo está compadre? ¿Y esa cara? ¿Está enfermo?- le digo preocupado a mi buen amigo Andrés.
- No compadrito. Es que desde que nuestras esposas salieron de viaje hace 12 días, no logro dormir más de dos horas diarias.
- ¡Qué raro! Yo duermo muy bien sin sus ronquidos. Trate de no pensar en ella, lea un libro en la cama, tómese un vaso de leche tibia y se dormirá sin darse cuenta.
- Pero si no pienso en ella. Lo que pasa es que llevo 12 días llegando a las 05:00 de la madrugada y a las 07:00 me levanto para venir a trabajar.


Un evaluador de proyecto no puede sacar conclusiones desde la perspectiva de lo que él piensa. El éxito de la inversión recaerá justamente en saber qué piensa, necesita y valora el potencial cliente. 
Obviamente, si lo que quiere va contra las normas éticas, morales y legales, el evaluador deberá abandonar el estudio o proponer variaciones que no atenten contra sus principios.
Como dije en otra oportunidad, yo no me preocupo de vender los libros que escribo; me ocupo de escribir lo que se vende. Para ello, no basta con los modelos matemáticos o econométricos. Es necesario un conocimiento a fondo de lo que busca satisfacer el cliente. Si quiere comer pan con bananas y cebolla, evaluemos vender pan con banana y cebolla...aunque odiemos el pan, el plátano y la cebolla.