- "Cuando estoy en un grupo, me muestro todo un don Juan, conquistador y extrovertido, pero en verdad, soy muy tímido, introvertido y absolutamente fiel a mi esposa", -le dije a un amigo.
- "Qué raro -me respondió- nunca me había dado cuenta. Por el contrario, nunca te he visto en alguna fiesta sin tu señora y nunca siquiera decirle un piropo ni mirar con lujuria a otra mujer".
- "Ah,...es que muestro mi verdadera personalidad para ocultar la falsa".
El posicionamiento de un proyecto requiere asegurar su éxito desde que es implementado en el mercado. Para ello, es fundamental establecer desde el principio relaciones que otorgue valor a los clientes. El valor no es algo que el emprendedor crea estar dando, sino que debe ser percibido por ellos como un beneficio real. El valor se expresa, por ejemplo, en la forma en que se puede ayudar al cliente a utilizar el producto o servicio para que obtenga un beneficio como el aumento en la productividad, una reducción de costos o una mayor satisfacción en su consumo. El cliente no sólo debe ver que algo tiene valor, sino que también experimentarlo. La estrategia comunicacional que el evaluador defina para un proyecto debe ser coherente con las características del producto o servicio que se generará con su puesta en marcha. La creación de expectativas que después no se cumplen puede hacer que en vez de lograrse una pequeña pero atractiva rentabilidad, el negocio termine en el fracaso. Muchos profesores de marketing enseñan a vender cualquier porquería, menos a nosotros mismos. ¿A cuántos profesores de marketing de una universidad cualquiera el mercado es capaz de recordar o siquiera reconocer? El evaluador de proyectos debe usar el marketing como una herramienta que provee información y no como un simple mecanismo de generar ventas.
- "Qué raro -me respondió- nunca me había dado cuenta. Por el contrario, nunca te he visto en alguna fiesta sin tu señora y nunca siquiera decirle un piropo ni mirar con lujuria a otra mujer".
- "Ah,...es que muestro mi verdadera personalidad para ocultar la falsa".
El posicionamiento de un proyecto requiere asegurar su éxito desde que es implementado en el mercado. Para ello, es fundamental establecer desde el principio relaciones que otorgue valor a los clientes. El valor no es algo que el emprendedor crea estar dando, sino que debe ser percibido por ellos como un beneficio real. El valor se expresa, por ejemplo, en la forma en que se puede ayudar al cliente a utilizar el producto o servicio para que obtenga un beneficio como el aumento en la productividad, una reducción de costos o una mayor satisfacción en su consumo. El cliente no sólo debe ver que algo tiene valor, sino que también experimentarlo. La estrategia comunicacional que el evaluador defina para un proyecto debe ser coherente con las características del producto o servicio que se generará con su puesta en marcha. La creación de expectativas que después no se cumplen puede hacer que en vez de lograrse una pequeña pero atractiva rentabilidad, el negocio termine en el fracaso. Muchos profesores de marketing enseñan a vender cualquier porquería, menos a nosotros mismos. ¿A cuántos profesores de marketing de una universidad cualquiera el mercado es capaz de recordar o siquiera reconocer? El evaluador de proyectos debe usar el marketing como una herramienta que provee información y no como un simple mecanismo de generar ventas.