Pitbull

Un día sentado a la puerta de mi casa esperando pasar el funeral de mis enemigos, veo pasar dos carrozas llevando dos ataúdes negros. Detrás iba un hombre con su perro pitbull y dos ramos de flores, seguido por una enorme fila de más de cien hombres, uno detrás de otro.
Extrañado, me acerco al primero (después de asegurarme que su perro llevaba bozal) y le digo con mucho respeto que no puedo evitar la curiosidad de preguntarle por aquel extraño funeral.
─ Lo que pasa ─me responde─ es que mi esposa me estaba gritando y retando por llegar tarde a casa y mi perro la atacó y mató. El primer ataúd es de ella.
─ Qué pena, señor ¿y el otro? ─le consulto intrigado.
─ Es que mi suegra intervino para defender a mi esposa y el perro la atacó y también la mató.
─ Oiga ¿me prestaría su perro? ─le digo susurrándole al oído.
─ Claro. Póngase a la fila.

No es necesario esperar la llegada de una crisis para optimizar el gasto y agudizar la imaginación de los empresarios y emprendedores en general. La evaluación de cualquier inversión debe realizarse siempre, sin importar el escenario económico en que se esté inserto.
Pese a la incertidumbre existente en el mercado, aquellas personas que cuentan con recursos enfrentan un período que ofrece muchas oportunidades, ya que pueden invertir su dinero con mayores posibilidades de negociación y a precios menores que hace un año.

Los empresarios, hoy y siempre, deben agudizar la imaginación y a hacer de ella una tarea permanente. Es decir, deben ser proactivos y no reactivos ante los cambios. La actual crisis económica hubiese sido menos dura para muchas empresas si la búsqueda de la eficiencia hubiese sido una actitud de trabajo en cualquier momento pasado. Cuando se acabe la crisis económica, enfrentaremos la incertidumbre del cambio climático, la evolución permanente de la tecnología y muchos otros cambios que caracterizarán el entorno incierto de los negocios. La responsabilidad de los evaluadores es aceptar este entorno cambiante e incorporar las nuevas técnicas de análisis del riesgo que hoy existen.

2 comentarios:

Anita María dijo...

Profe. Lo que pasa es que nos damos cuenta de lo que tenemos cuando lo perdemos. Es fácil trabajar teniendo resultados positivos. No se preocupa ni el empresario ni el trabajador. Pero cuando uno pierde o arriesga algo, se lamenta de no haber actuado antes. Es parte de nuestra cultura chilensis

Nassir dijo...

Cierto Anita María.Laidea es sembrar el concepto de la búsqueda de laoptimización permanente y no sólo en momentos de crisis