El tiempo pasa...nos vamos poniendo viejos

- Cuénteme mi amor ¿cómo te fue en Guayaquil?- Me pregunta cariñosamente mi esposa cuando me va a buscar el viernes al aeropuerto.
- Súper bien. Como siempre. En Ecuador me tratan mejor que en Chile, con excepción tuya, por supuesto. Fíjate que me encontré con una ex alumna que estudió en Chile y me tomé un café con mi buen amigo Fernando Romero.
- Qué rico...pero te noto raro ¿pasó algo?- me dice preocupada.
- Nooo...es que estoy confundido. Fíjate que vi, igual que en Chile, que cada año los cadetes militares son más niñitos y los alumnos de posgrado más jovencitos.
- ¡Cómo puedes ser tan tonto!- me responde. -Ellos son de la misma edad, tú eres el que está más viejo.
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Muchas variables son las que condicionan el grado de tolerancia al riesgo en una inversión: la personalidad del emprendedor, el horizonte de tiempo de la inversión, la disponibilidad de recursos humanos, físicos y fínancieros e, incluso, la edad de quien decide.
Generalmente, los inversionistas jóvenes toman más riesgos justamente por trabajar con horizontes de tiempo largos. Por lo mismo, hay que aceptar que la tolerancia al riesgo cambia con el tiempo, lo que obliga a reevaluar el riesgo del proyecto cuando varían las circunstancias que lo determinaron en una primera instancia.
El riesgo del proyecto puede no cambiar, pero la aversión o disposición a asumirlo sí lo hacen, por ejemplo, con la edad.

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