¿Feliz 2010?...Pamplinas

Hoy la mayoría nos daremos un abrazo deseándonos lo mejor para el Año Nuevo.
Yo no. No le deseo a nadie un feliz 2010.
Tengo la deformación profesional de evaluar proyectos a largo plazo. Por eso no solo les deseo que el año que se inicia sea excelente sino que, muy sinceramente, excelentes todos los que vendrán.
Llegará el día (como a todos) en que yo no esté en este mundo. No quiero perder la oportunidad de anticiparme para expresarles que, aunque ya no pueda escribirles en este blog, que quiero lo mejor para cada uno de ustedes en todos los próximos años que se inicien.
También agradecer su lealtad al seguir este blog. Mi meta al crearlo era lograr unas cien visitas mensuales. Hoy tengo entre 3 y 4 mil visitas mensuales (aunque a lo mejor son todas de mi señora para levantarme el ánimo). Esto me motiva a seguir escribiendo para lograr transferir lo que modestamente creo saber y así ayudar a hacer mejores proyectos.
Para todos, unos felices años futuros...que todos sus proyectos tengan una alta rentabilidad, especialmente los de vida: la familia, la profesión, los amigos...

Definiciones

A la persona que ayuda a un delincuente antes que cometa un crimen, se le llama cómplice. Si lo hace después, se le llama abogado.
La importancia de saber definir bien los conceptos explica muchas veces la capacidad para poder aplicarlos.
La definición de riesgo se aplica a aquellas variables que tienen un comportamiento probabilístico y a las cuales puede asociárselas una distribución de probabilidades. En estos casos, se puede trabajar el riesgo mediante los análisis de Montecarlo, con el uso de software como el Crystral Ball, Risk Simulator, Model Risk o Simulasoft.
La definición de incertidumbre se aplica, por el contrario, a las variables a las que no puede asignárseles un comportamiento probabilístico (incendio, terremoto, cambio tecnológico o legal, etc.). En estos casos, se trabaja con los modelos de sensibilidad de Hertz (cómo cambia el resultado si cambia el escenario) o el unidimensional (hasta dónde puede llegar a modificarse el valor de una variable para que el proyecto siga siendo atractivo).
Lo que no puede hacer el evaluador es omitir estos análisis una vez medida la rentabilidad, ya que ella muestra solo uno de tantos posibles escenarios futuros.

Otredad

- A los 50 años me llegó el sentimiento de otredad. Los amigos me parecen otros, mi esposa me parece otra, todos me parecen otros- contaba uno de mis innumerables compadres el otro día viendo el atardecer en Melipilla.
- Pero tú y nosotros también somos otros- intervino un primo. El otro día fui al médico y, mientras me atendí, observé en su diploma que su nombre y los dos apellidos coincidían con los de una compañera de curso del colegio. Claro que, como se veía tan vieja, pensé que debía ser su madre, aunque coincidieran los dos apellidos. Me atreví entonces a preguntarle si en 1967 ella había vivido en San Antonio. ¡Claro que sí!, me respondió. Yo estudiaba en el colegio Andrés Matías III. Entusiasmado le digo: Pero si ese año yo iba al mismo colegio. ¡¿No me diga?! ¿y qué materia dictaba? me preguntó la vieja estúpida.
A veces las mismas cosas parecen otras. Un proyecto puro que se evalúa a una tasa de costo de capital ponderado cambiante cada año en proporción al porcentaje de deuda que queda por pagar en cada período, debería dar el mismo VAN que el del flujo del inversionista calculado a la tasa de costo de capital propio. Mientras el primero incluye en la tasa el efecto de la deuda, el segundo lo considera en el flujo. El que sí muestra otro resultado es el VAN del proyecto puro calculado a una tasa de costo de capital promedio ponderado que supone que la estructura deuda/capital se mantiene constante a medida que pasa el tiempo.

La modelo

Para bajar de peso, mi suegra puso una foto de una estupenda modelo en la puerta del refrigerador. Cada vez que veía su fina figura, crecía su fuerza de voluntad para no comer. Logró bajar 25 kilos. Lamentablemente, mi suegro, en igual periodo, subió 25 kilos por ir tantas veces al refrigerador para mirar a la modelo.
Muchas decisiones en los proyectos ocasionan efectos colaterales que pocas veces nos preocupamos por valorar. Por ejemplo, si el terreno requerido para instalar la planta es de 5.000 metros cuadrados, pero en el mercado lo que más se aproxima es uno de 6.000, no sólo habrá que considerar el costo de comprar esos 1.000 metros adicionales, sino que deberemos definir su uso y los costos que ello conlleva. Por ejemplo, si se destinarán a jardines o a estacionamientos, cuánto cuesta hacerlo y mantenerlo a futuro.

Pasta de conejo

Cuando mi tío me mostró su proyecto para elaborar sandwich de pasta de conejo, le tuve que decir que lamentablemente no era rentable.
Una semana después, me lo vuelve a traer y esta vez sí le sale rentable. Extrañado, observo que el único cambio que le hizo fue bajar los costos de la carne de conejo.
- ¿Pero cómo pudiste bajar tanto los costos?- le pregunto
- La verdad- me responde- voy a usar una mezcla de carne de conejo con carne de caballo y como el kilo de este último sale más barato, me baja el costo total.
- ¡¡Pero para lograr ese costo promedio casi vas a tener que usar solo carne de caballo!!- le digo.
- Ni tanto- me dice. Mitad y mitad. Por cada 5 conejos uso 5 caballos.

Dos flujos de caja distintos miden, uno la rentabilidad del proyecto y otro la rentabilidad del inversionista. Este último incluye el préstamo, la amortización de la deuda y el pago de intereses, con sus efectos tributarios. Aunque ambos tengan una alta rentabilidad, si el del inversionista presenta fljos negativos, lo más probable es que no sea sujeto de crédito por parte del banco, ya que puede considerar que la empresa privilegiará el pago a los proveedores, trabajadores o fisco, antes que al banco.
He visto muchos proyectos donde el evaluador considera el plazo de la deuda igual al horizonte de evaluación del proyecto, lo que definitivamente pasa únicamente cuando se da una gran y poco probable coincidencia.
Sin embargo, una posible solución real y eficiente sea la de redefinir el plazo para pagar la deuda. Al aumentar el plazo, baja la cuota y permite, a veces, exhibir flujos positivos. De esta forma, se viabiliza el proyecto mediante la gestión del endeudamiento. Nunca debe jugarse con los "números" para disfrazar lo no viable como viable.

Tasa de descuento

Una vez mi cuñado tuvo que ir de viaje y, no encontrando ninguna habitación disponible en los hoteles, se dirigió a una residencial.
El encargado le dice que lamentablemente solo le queda una cama, en una pieza compartida, pero que nadie la acepta porque el de la otra cama ronca muy fuerte.
- No importa- le dice mi cuñado- yo sé como solucionar el problema.
Al día siguiente, cuando se va a retirar, el encargado le pregunta cómo durmió.
- De maravilla, dormí toda la noche- le responde.
- Pero ¿cómo? ¿y qué hizo con el señor que ronca?
- Antes de acostarme le di un besito en la mejilla y unas palmaditas en las nalgas. Después de eso se pasó toda la noche despierto y con el trasero pegado a la pared.
No existen los problemas si se conocen las soluciones. En proyectos, es frecuente la duda de qué tasa usar para evaluar el proyecto puro y el proyecto financiado.
Para no confundirse: el proyecto puro no supone falta de financiamiento sino que la inversión se financiará manteniendo la estructura deuda/capital de la empresa. Es decir, como se evalúa el TOTAL de la inversión, se debe aplicar la tasa promedio ponderada del capital.
Por otra parte, si a este flujo se le suma el préstamo, el resultado de la columna 0 mostrará lo que el inversionista debe financiar con recursos propios. Y si al flujo se le restan los intereses (antes de impuestos) y la amortización de la deuda, el resultados muestra lo que le queda al inversionista. Por eso debe evaluarse a la tasa de costo de capital propio.