Como me bajó el Espíritu Navideño,
le escribo un mail a mi ahijado que, afortunadamente, se había ido a pasar la
Navidad con sus abuelos en la playa, deseándole una linda Navidad y un Año
Nuevo donde logre al fin madurar. En la tarde me llama emocionado al celular:
- ¡Tío! gracias por su mensaje. Mi
papá me obligó a llamarlo para agradecerle porque es el único que me envió
saludos.
- No tienes nada que agradecerme.
No sé qué me pasó que me sentí con ganas de hacerlo.
- También me dijo que prepara
algunas palabras para usted- me dice con tono intrigante.
- No es necesario –le respondo
con ganas de que corte para ir a ver un partido de futbol por televisión.
- ¡Es corto tío!...”Que esta noche
de Año Nuevo colmen su casa la Luz, Paz, Consuelo, Esperanza y Ángeles. No es
malo recibir a la Soledad ni Dolores y contar
con Rosario podemos esperar ver a Milagros”.
- Lograste emocionarme como nunca.
Es más. Creo que te excediste en generosidad. Con Paz y Esperanza me siento
satisfecho- le digo aún sorprendido por su emotivo mensaje.
- No tío, si llegan todas me llama
y voy con mis amigos y hacemos una tremenda fiesta de año nuevo en su casa. No
ve que mi papá no nos dio plata para celebrar. A ver si me las presenta y
consigo que alguna se enamore de mí. Ah…Juan Carlos iría con su novia Ana María…con
el resto de mi grupo ninguna niña ha accedido a salir.
Muchas veces las
expectativas que nos crean los mensajes publicitarios se logran por saber decir
las cosas que el cliente quiere escuchar. Caso más claro que las promesas de
los políticos no hay.
Sin embargo, muchos
basados en la responsabilidad social empresarial han demostrado que invertir
con la verdad trae frutos, quizás en más largo plazo, pero más permanente. No
así los que con publicidad engañosa (no por mentir, sino por ser parcial y
sesgada) da resultados de corto plazo muy rentabas, pero cuando la gente se da
cuenta que el producto recibido no es el que esperaba, el costo hace que esa
ganancia se pierda tanto como una confianza que siempre es difícil recuperar.
Hacer que el
cliente sepa exactamente para qué le servirá el producto y para qué no, es la
mejor inversión en calidad, fidelización y credibilidad.
3 comentarios:
Maestro lo admiro!
Profesor Nassir!! Me metí a hacer una segunda carrera en economía porqué quiero ser cómo usted!! Ansío conocerlo algún día.Un abrazo!
Estimados. Son muy generosos con sjus palabras. Un abrazo
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